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Esto se hizo notar el pasado domingo 15 de marzo cuando se presentó en el teatro Luna Park de Buenos Aires: la recibió un público parejo en cuanto al alto nivel de emoción, pero dispar en cuanto a sus edades. Si bien la carrera de Liza comenzó en 1949 y tiene fieles seguidores desde entonces, uno de sus más grandes méritos es llegar a los 63 años y seguir atrayendo público joven.
Entre las butacas no faltaban las señoras que habían ido al cine a ver “Cabaret” en el ´72, pero tampoco los y las jóvenes adolescentes que la vieron en formato DVD en los últimos años. En un momento donde el teatro musical está en plena época de renacimiento en la Argentina, los jóvenes aspirantes a formar parte de esa industria ven a Liza como un modelo a seguir, como un icono o referente. Gran parte del Luna Park estaba copado por adolescentes y jóvenes de variada edad que rompían con el esquema, que se permitían compartir un ídolo con la tercera edad y hasta ir acompañados de sus padres a disfrutar del espectáculo.
Durante el intervalo diferentes grupos de personas muy satisfechas se reunían para hablar acerca del concierto. Personas desde 15 hasta 80 años interactuaban, compartían opiniones y comentaban sus partes favoritas. La barrera de edades entre ellos no parecía ser un problema, los unía la admiración y fascinación hacia una mujer, y todo lo que ella representa.
Es que Liza no encaja en absoluto con la imagen que se tiene de una persona de más de sesenta años, desplegó tal vitalidad y energía en el escenario que emanaba juventud por donde se la mirara. Su timbre de voz y vibratto característicos no faltaron, llegando a algunas notas aun mejor que en sus primeros años, en especial al finalizar el tema principal de “Cabaret”.
Al finalizar el concierto, Liza se dirigió al público con un emotivo mensaje de optimismo y esperanza, hablando desde su experiencia personal dijo: “Para todos ustedes ahí afuera, yo les prometo, los sueños pueden alcanzarse.” Emocionó así a todo el Luna Park que la aplaudía de pie desde hacía ya diez minutos, e inspiró a todos los jóvenes presentas que aspiran a explotar sus talentos y lograr crecer en el futuro.
Una vez más Liza Minnelli dejó su huella en Buenos Aires y en cada uno de los presentes del único concierto que concedió. Aunque prometió volver muy pronto, mientras tanto el sólo hecho de pronunciar su nombre continua siendo una fuente de inspiración para personas de cualquier edad.
En un momento donde muchos niños y jóvenes toman como referente a personas cuyo único mérito es subir imágenes a Internet, es bueno saber que igualmente siguen teniendo mentores dignos, talentosos, que se han reivindicado de sus errores y siguen esforzándose y brillando cada vez más.
Es reconfortante pensar que nadie escapa al nombre de Liza, que el mundo entero, grandes y chicos, comparten el amor por esta artista y el ejemplo que representa. Es bueno pensar que Liza está en todos, que deja todo en el escenario y que, según prometió, pronto volverá con todo.
Imágen propiedad de La Nación Online (www.lanacion.com.ar)
Soberbia e Inenarrable. Un retrato abarcativo corto y contundente de una gran artista.
ResponderEliminarme encanto
ResponderEliminarYa tenés tus primeros lectores que comentan las notas!
ResponderEliminarMuy buena la reseña, y la idea de no cerrar la temática del blog y poder incluir espectáculos y personajes relacionados.
Me gusta el diseño, claro y limpio.