sábado, 23 de mayo de 2009

IN THE SPOTLIGHT: Elena Roger, la abanderada de los musicales




La comedia musical es un ámbito complicado a nivel de la formación profesional, ya que exige excelencia en canto, baile y también en actuación. Un trío de talentos a dominar bastante difícil, y más aún en forma simultánea. Cuando un artista de musicales aparte de destacarse en las tres áreas comienza a explorar nuevos suelos, como el de producción o guión, cuando se anima a estrenar obras de su autoría, recibe un mérito aún mayor. ¿Y si además consigue el rol principal en una obra de Andrew Lloyd Webber en el West End londinense?

A esto aspiran miles de jóvenes talentos locales que se aventuran en el mundo de la comedia musical, y la argentina Elena Roger les demostró que tan descabellado sueño es más que posible.

De Evita a Edith Piaf

Elena Roger ha recorrido un largo camino desde la “Pequeña Chica Boba” que interpretaba en “La Bella y la Bestia” (1998). Con su metro y medio se calzó los zapatos de roles enormes como Fantine en “Los Miserables” (1999), o Annette en “Fiebre de Sábado por la noche” (2000). Pero no se quedó ahí, aprendió italiano para interpretar los inmortales temas de Mina Mazzini en la comedia: “Mina…che cosa sei?” (2003) que además escribió junto a Valeria Ambrosio.

Casi sin poder creerlo en el 2006 Elena dejó Barracas y se mudó a Londres para interpretar a Eva Perón en el regreso de “Evita” al West End, nada menos que de la mano de Andrew Lloyd Webber. De nuevo a aprender un nuevo idioma. Pagó derecho de piso para luego adentrarse en el mundo teatral inglés: pegó fuerte como azafata en la obra “Boeing Boeing” y, para no perder la costumbre, aprendió canciones en otro nuevo idioma, el francés, para interpretar a Edith Piaf en la puesta de Pam Gems, “Piaf”.

El Oscar de los musicales

Tres años, tres obras y tres nuevos idiomas después, llegó la frutilla del postre. Además de una trayectoria más que envidiable, alcanzó un remate inesperado: el reconocido premio inglés Lawrence Olivier cayó en sus manos este año por su labor como “el gorrión de París”. Simplemente presentando los hechos, enumerando sus logros sin agregar ningún tipo de adornos ya se está halagando a Elena aunque no se quiera.

De Corrientes al West End, y de regreso

El mundo de la comedia musical no se vive en Argentina como el del fútbol, pero si así fuera esta destacada artista sería un icono nacional. En el universo del musical su nombre es sinónimo de talento y éxito asegurados. No es raro entonces que Adrián Suar la haya convocado para la versión en Argentina del musical “Piaf”, a estrenarse en Julio. Las audiciones ya abrieron para los roles restantes y el regreso de la hija preferida del teatro musical a su país de origen ya está confirmado.

De la Avenida Corrientes al West End y de regreso, Elena Roger trae consigo logros profesionales acumulados en tan sólo tres años que algunos artistas pasan toda su vida tratando de conseguir.Transporta además un bagaje de nuevos conocimientos en el campo del teatro musical, técnicas e ideas del otro lado del mundo para enriquecer los escenarios locales.

Elena no es solamente una buena cantante con un poco de suerte, pues fue ascendiendo a base de trabajo duro e iniciativa, y ahora va por más. “Piaf” se estrena en el teatro Liceo a mediados de Julio, y estaremos a una entrada de distancia de apreciar el talento de esta artista por nosotros mismos. Nunca la letra de la famosa canción de Evita tuvo tanta relevancia:

“Ya verás que impresiono a la ciudad(…) Al fin, Buenos Aires, tú y yo estamos listos para darle a la función. Alza ya el telón!”







Imágenes propiedad de La Nación Online (http://www.lanacion.com.ar/)





domingo, 10 de mayo de 2009

IN THE SPOTLIGHT: La historia musical

Muchas son las críticas hacia las comedias musicales que tratan con temas y personajes históricos. Puede ser que ver a Perón cantando rock o al Che bailando danzas contemporáneas le choquen a cualquiera al principio, pero hay que tener siempre en mente que son sólo formas de contar la historia.

Detrás de proyectos como éstos, hay un equipo creativo inmenso que invierte años en investigación detallada acerca de los momentos históricos tratados. Ponen en escena su visión, su mirada sobre los hechos, y dejan la posibilidad al espectador de sacar sus propias conclusiones y hacer sus propias interpretaciones. En ningún momento dicen que lo que muestra la obra es palabra santa, sino que tienen un argumento que es un cóctail entre hechos y personajes reales, y también acontecimientos y personajes completamente ficticios que le dan un giro interesante a la trama.
Dos ejemplos muy actuales que toman personajes argentinos como eje son “Evita” y “Che: el musical argentino”.

“Evita” es otra de las tantas obras con las que Andrew Lloyd Webber, el Sir de los musicales londinenses, pegó fuerte en 1978. Leyendas de la talla de Elaine Paige y Patti Lupone se pusieron en la piel de Eva en esta puesta.

En el ´96 se estrenó la versión fílmica protagonizada por Madonna, y en los cines argentinos no faltaron los disturbios. Partidarios peronistas vaciaban salas enteras con gases lacrimógenos, se manifestaban con cánticos contra el director, repartían libros titulados “Esto es Argentina: su verdadera historia”. Querían desmentir lo que la película mostraba.

Pero “Evita” no es un libro de Felipe Pigna, ni tampoco pretende ser un manual escolar que enseñe cómo ocurrió la historia. No denuncia ni impone nada. Lloyd Webber y Rice encontraron la personalidad de Eva Perón tan atrapante, que decidieron escribir un musical entero sobre ella. Pero la obra se adentra en la esencia de Eva Perón como personaje, sus miedos, sus esperanzas, sus convicciones, y toma el paisaje de la historia argentina como un simple telón de fondo. El musical se inspira en la vida y en los actos de la ex Primera Dama, pero no reproduce exactamente cómo ocurrieron, sino que expone una interpretación, una historia recreada. También incluye elementos ficticios y novelescos, con el fin de lograr una trama más atractiva e interesante para el espectador.

Hay similitudes y hay diferencias. Hay una Evita lejos de la perfección, pues un personaje perfecto no es atractivo para el público y no puede liderar un musical entero. Lo seductor está en sus fallas, en los obstáculos en el camino de la protagonista y de cómo se las ingenia para superarlos. A algunos puede incomodarles esta imagen de una Eva Perón más humana, más vulnerable, de esta mujer detrás del mito, pero no es otra cosa que un retrato artístico y subjetivo de un personaje histórico. Este musical no busca adoctrinar sino entretener.

Según la página oficial de la producción original argentina
:“Che: el musical argentino”, recientemente estrenada en Ciudad Cultural Konex, la obra pretende permitir que “el gran público pueda acceder a los elementos para comprender y ¿por qué no? abrir su propio juicio acerca de este protagonista de la historia contemporánea en forma apasionante, accesible y amena, sin perder la profundidad psicológica que dimensiona su personalidad ni la compleja coyuntura histórica en la que transcurrió su vida.”

Se puede ir a ver estos musicales por muchas razones: para hacer una evaluación de sus aspectos técnicos, para escuchar buena música, para ver buenos actores, para contrastar nuestra propia visión con la del autor de las obras. También se puede ir a despertar nuestro interés por un período histórico, a entretenerse con una buena trama pensando que cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia, y la lista continúa. Las posibilidades son infinitas.

Siempre va a haber partidarios políticos que vean en estos musicales una amenaza, una falta de respeto. La clave está en abrir la cabeza, suspender el descreimiento, y vivir estas obras como una expresión artística con personajes interesantísimos y tramas atrapantes. No será la historia oficial, pero sí la historia musical.








Fuente de las imágenes: www.google.com