El mago de Oz (1939) es un ícono de la cultura popular del siglo XX, un orgullo para la filmografía americana y una joya del cine musical de todos los tiempos. Palabras grandes, sí, pero para una obra de las grandes. Una de esas películas que pertenecen, como bien señala el canal TCM, “al cine que ya tendrías que haber visto.” Esta cinta de Victor Fleming forma parte del patrimonio de los Estados Unidos y parece correr por las venas de ese país. En el resto del mundo “The Wizard of Oz” sigue atrayendo a las nuevas generaciones de chicos tanto como a sus padres y abuelos.
Dorothy, el León, el Hombre de Lata, el Espantapájaros, la Bruja Mala, el Mago, todas figuras legendarias de las que se cree conocer todo. Personajes bastante simples, creados para niños, y una historia con principio, nudo y desenlace fáciles de comprender. O por lo menos eso creen...
Del otro lado del arco iris, y más allá...
Cuando el éxito de una película se dilata tanto, se seguirá exprimiéndola mientras siga siendo redituable. Se harán precuelas, secuelas, ediciones especiales que muchas veces, y como ya ha ocurrido en muchos otros casos, distorsionan el alma de la película. El caso de El Mago de Oz no fue la excepción y en 1995 Gregory Maguire publicó su libro: “Wicked: Memorias de una Bruja Mala”. Al compositor ganador del Oscar Stephen Schwartz le llegó una copia y en una lectura rápida se dio cuenta que la obra tenía vida, pedía bailar y cantar. Se concibió así el musical “Wicked: la historia no contada sobre las brujas de Oz” estrenado en Broadway en el 2003.
Wicked fue el musical más visto en el año de su estreno y desde ese entonces se ha convertido en uno de los más exitosos de Broadway y del West End (donde se estrenó en el 2006). Los catorce millones de dólares invertidos en esta producción se hacen notar en las escenografías que recrean a la perfección esa tierra “del otro lado del arco iris” sobre la que cantaba Judy Garland, hasta permite que los personajes desafíen la gravedad volando en pleno escenario.
Wicked no deforma ni desdibuja la esencia de El Mago de Oz, sino que la enriquece. Narra la juventud y el desarrollo de las dos grandes Brujas de Oz: Glinda, la Buena y Elphaba, la Malvada Bruja del Oeste de piel verde que atormentaba a Dorothy en la película. El musical se adentra en cada uno de estos personajes, les da una historia mucho más cargada, una personalidad definida y un backround más amplio que el de la película de 1939. Además de contar las historias de vida de las brujas y su compleja relación, basa su argumento en eventos que ocurrieron en forma paralela a los hechos de El Mago de Oz, por lo que nos abre los ojos y nos permite tener una mirada exclusiva al “detrás de escena” de lo que realmente estaba ocurriendo, dándole un inteligente giro de 180 grados a la historia de cada uno de los personajes que tan bien creíamos conocer.
La partitura musical de Wicked acompaña a la trama y a la escenografía con melodías cargadas de energía, potencia y ese ingrediente de magia que transporta a los espectadores desde la butaca directo hacia Oz. Canciones como “Defying Gravity”, “The Wizard and I” o “For Good” se compran a la audiencia y ponen al musical a la altura de los "grandes" de Broadway. Las letras y la música cuentan muy bien la historia, la hacen avanzar en forma muy interesante con un excelente desarrollo de personajes y revelaciones muy ingeniosas sobre los legendarios habitantes de este mundo paralelo.
No hay lugar como el hogar
Es entendible que Wicked haya pegado fuerte en Estados Unidos donde El Mago de Oz es un icono nacional y no hay alma que no haya visto la película. Ha habido puestas en Alemania, Australia, Londres, entre otros países. La pregunta sería si el camino de ladrillos amarillos guiara algún día a este musical hacia nuestro país… ¿Pegaría igual de fuerte? Esto es dudoso considerando que la película de Judy Garland no representa tanto para nosotros, y parece obvio que para Wicked “no hay lugar como el hogar”. Sin embargo, con el mundo de la comedia musical prosperando en nuestro suelo, un público mucho más abierto a proyectos nuevos y cada vez más productores al acecho, nunca se sabe.
Ya ha habido producciones independientes de Wicked en Argentina, una de ellas en el año 2007 por una compañía de teatro musical del colegio Corazón de María. Se trató de una adaptación en español completamente a pulmón que no se quedó atrás ni en ganas ni en talento joven. Una muy buena puesta con artistas como la adolescente Emilia Montes, quien se puso en la piel verde de la Bruja Mala y alcanzó notas difíciles hasta para los profesionales de Broadway.
El año pasado la obra musical adaptada de “El Mago de Oz” se estrenó en Buenos Aires de la mano de Valeria Ambrosio. Quién sabe si el camino de ladrillos no trae a Wicked a teñir la avenida Corrientes de verde un día de estos…
Imágenes propiedad de www.google.com
Muy interesante!!! Hay musicales de cada cosa! Esperemos que llegue aca en algun momento...
ResponderEliminarnosotras la vimos!
ResponderEliminarjaja bueno no x profesionales
pero no importa
Yo tambien estuve en la obra!
ResponderEliminarMuy buena!
Besitos flor. Nos estamos viendo!
Soy ana eeeee pero no me dejaba poner mi nombre antes!
ResponderEliminar